jueves, 14 de enero de 2016

Hipocorísticos en español


Los hipocorísticos constituyen un tipo especial de nombre de pila. Se trata de nombres modificados en un contexto de familiaridad. 

El nombre de pila es aquel que se da a alguien al ser bautizado o inscripto en el Registro Civil, y que precede al apellido (o a los apellidos). La expresión “nombre de pila” se refiere a la pila bautismal, y remite a la costumbre de elegir para los niños nombres de santoral para el bautismo.

La Nueva Gramática de la Lengua Española de la RAE (2010) caracteriza el hipocorístico como una designación afectiva, una forma abreviada que se usa en la lengua familiar. De acuerdo a la definición del DRAE, se trata de un nombre que en forma diminutiva, abreviada o infantil se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística. Es el caso de Lola (por Dolores), Charo (por Rosario) Lupe (por Guadalupe), Quico (por Federico), Pepe (por José) y Nacho (por Ignacio) entre otros. Hay nombres con más de un hipocorístico, como Francisco, (Paco o Pancho), y nombres compuestos contraídos en una forma sola, como Maribel (por María Isabel).

Los nombres de pila pueden sufrir diversas modificaciones, entre ellas:

  • la apócope, que es la supresión de una o varias letras finales (Tere, por Teresa)
  • la aféresis, que consiste en omitir la parte inicial del nombre (Lina, por Catalina)
  • la selección de una parte del vocablo (Poli, por Hipólito)
  • la utilización de parte de un diminutivo (Tito, para Roberto o Héctor)
  • el cambio de letras finales por la vocal “i” (Pili, por Pilar)
  • la imitación del lenguaje infantil (Beto, por Alberto; Meche, por Mercedes)
  • la contracción (Maricarmen, por María del Carmen).
 
---> Procesos fonológicos en la formación de hipocorísticos.


En la comunicación, el uso de hipocorísticos implica cierta familiaridad con la persona designada.




Otros hipocorísticos en español

 
Masculinos:

Antonio: Toño (Toñito)
Eduardo, Gonzalo: Lalo
Enrique: Quique
Gregorio: Goyo
Gustavo: Tavo
José María: Chema
José Miguel: Josemi
Juan Carlos: Juanca(r)
Juan Ignacio: Juani
Juan José: Juanjo
Juan Pablo: Juampa, Juampi
Luis: Lucho
Manuel: Manolo (Manolito)
Patricio: Pato
Pedro: Perico
Rolando: Rolo
Sergio: Checho
Tomás: Toto


Femeninos:

Ana: Ani
Ana Isabel: Anabel
Ángela: Tita
Belén: Belu
Carmen: Carmela
Cecilia: Chechu
Constanza: Coni
Isabel: Chabela, Chabeli
Josefina: Pepita
Lucía, Luciana: Lulú, Luli
María: Mari, Marita, Marica, (Mariquita), Maruja
María José: Majo
María Julia: Maju
María Teresa: Marité
María Lucía: Malú
María Luisa: Malisa
María Victoria: Mavi
Patricia: Pato, Pata


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Hay nombres utilizados en países hispanohablantes, que tienen su origen en hipocorísticos rusos (formas de cercanía), como Sasha (por Alexandr/a), Natasha (por Natalia), Tania (por Tatiana), Nadia (por Nadyezhda), Katya (por Ekaterina), Lara (por Larisa), Sonia (por Sofía).




---> Más hipocorísticos en español





jueves, 7 de enero de 2016

“Todos y todas”: error gramatical funcional a la ideología de género


El uso innecesario de las formas masculinas y femeninas desdobladas es tendencioso: se trata de una estrategia de manipulación del lenguaje, funcional a la ideología de género. Asimismo, la utilización del signo @ (tod@s) o de la letra x (todxs) para pretender integrar en un solo caracter la forma masculina y femenina es intencionado e inaceptable desde el punto de vista normativo. 
 

En español, “el uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/ femenino” (RAE). Es artificioso desdoblar en formas gramaticales femeninas y masculinas (como “todos y todas”, por caso) la referencia a un grupo mixto, excepto cuando en determinado contexto la oposición de sexos es relevante (Ej: La proporción de diputados y diputadas ha sido establecida por ley).



 

La RAE ha fijado su posición sobre el mal uso del género gramatical en español:


Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas (RAE)

Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.


---> Más información sobre el género en español en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD, RAE).






Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos (DPD, RAE).

  • En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: *las y los ciudadanos.

  • Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.; → 2.1), ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: *l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en *Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.

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    Ideología de género II

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    Reingeniería social anticristiana y Nuevo Orden Mundial